El castigo del deseo

Atrapamos a Desire follando y gimiendo como una perra en el sofá el otro día y decidimos castigar a su pequeño y travieso coño. Le dijimos que no le darían polla durante los próximos dos días y, a menos que demuestre que es una buena niña, no va a tener ninguna acción. El castigo que funcionó para Desire estaba en un frenesí de pollas cuando follamos.