¡Tú lavas los platos y yo te lavo!

Este tipo llegó a casa tan cachondo que ni siquiera podía esperar a que su novia terminara de lavar los platos. Se coló en la cocina y momentos después la chica estaba gimiendo sobre la mesa con él lamiendo su clítoris y tocando su coño mojado. No, esta vez no le hizo el amor. La folló con fuerza como una perra anhelante de pollas y roció semen caliente por todas sus lindas tetas. ¡Bon appetit, joven zorra!