Hijastra lamiendo y follando

Con mi esposa lejos en una misión misionera, fui yo quien le dio a su hija su regalo de cumpleaños. Le conseguí flores y un bonito globo, pero ella quería algo completamente diferente. Me pidió que la comiera fuera y no pude resistir la tentación de su joven y jugoso coño. Al día siguiente me devolvió el favor con una mamada arriesgada justo en un balcón y unos días más tarde la follé sin goma y entré. Espero que mi esposa nunca se entere.