Mis pasos siempre me quisieron

Pensé que necesitaba aprovechar a mi hermanastra para follarla, pero resultó que ella también me quería desde que nuestra mamá y papá se casaron. Esta puta no tuvo problemas para desnudarse frente a mí y amordazarse en mi gran polla como una puta de mierda. Hombre, si supiera que era tan fácil, me la follaría todos los fines de semana desde el día en que nos mudamos juntos. Me encantó perforar ese coño apretado y hacerla gemir de placer, incluso me acerqué demasiado a correrse por dentro... ¡uf!