El gallo de un extraño

Si un chico guapo te siguiera a casa, ¿qué harías? Colocado contra la pared, sin escapatoria. Puso su lengua caliente en mi boca, me empujó sobre mis rodillas y deslizó su gruesa polla sin cortar en mi boca. Una vez que me hizo inclinarme, no había nada que pudiera hacer más que aceptar mi destino, burlándome con su prepucio antes de empujar su polla dentro de mi agujero... Su semen sabe tan bien.
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