Mariru pinchado y prodigado

Nunca conocerías a una chica más dulce y cooperativa que la rubia Mariru Amamiya. Shigeki no puede mantener sus manos alejadas de su cuerpo bien formado y su jugoso poon. Desde el momento en que muestra con orgullo sus uñas de los pies pintadas de blanco y pastel, él le hace cosquillas, la empuja, la pincha y la zumba. Nada de eso parece molestarla, sonríe y se ríe a su manera. Cuando saca la gran vibra negra para tocar su botón, esas risitas se convierten en ronroneos, luego aullidos de deseo ardiente. Es divertido jugar con los juguetes, pero una chica necesita algo real a veces, por lo que Mariru se lleva a Shigeki a la boca y le pone la polla rígida. Luego lo monta, lo ordeña con su coño húmedo y cálido. Corren hacia el gran final con cuerpos golpeándose entre sí como si no hubiera mañana.