Crucero nocturno

Las noches de Brooklyn siempre tienen el potencial de un encuentro nocturno. Esta noche, está de mal humor y lluvioso, pero sigue siendo perfecto para navegar por el parque. Miguel (Él/Él) recorre los caminos familiares y mantiene un ojo abierto para cualquier acción potencial. Un coche que pasa se ralentiza y la invitación se extiende para un poco de "diversión en coche". Salta, se quita la camiseta sin mangas y se baja los pantalones vaqueros. Debajo, Miguel lleva una tanga blanca crujiente. La luz interior del coche apenas ilumina su cuerpo y lo cubre con un tenue resplandor naranja. La lluvia se calma y el encuentro nocturno llega a un final tranquilo.