Lléname, segunda parte

Los cerdos quieren más, tiempo para ponerse a cuatro patas. El maldito agujero abierto da la bienvenida a cada golpe mientras sus gigantescas bolas infladas rebotan hacia atrás y hacia el cuarto. Los labios hinchados del culo de Georgi tampoco están hechos, listos para chupar un poco más los brazos de Axel.