Caso No. 1710006-42

Este joven teeneager estaba pasando el rato junto a un puesto de periódicos cuando algunas revistas le llamaron la atención. Sin trabajo ni dinero, la única forma en que podía conseguirlos era robándolos. Y si no fuera por un espectador honesto, se habría salido con la suya. El oficial de prevención de pérdidas pudo ver que era solo un mocoso joven y mimado y que necesitaba asustarse. ¿Y qué mejor para aprender el castigo de robar que una gran polla metida en el culo?