Azúcar Marilyn

Todavía muy cachonda, Marilyn llamó a su médico, quien le sugirió que probara algunos juguetes sexuales para satisfacer sus necesidades. La sexy rubia se bajó los pantalones de yoga, abrió las piernas y usó su juguete más nuevo en su coño mojado y afeitado. Ese juguete sacudió su clítoris y la hizo sentir increíble, pero necesitaba una penetración seria. Quedándose completamente desnuda, se recostó en el sofá y se introdujo su gran consolador en su estrecho y rosado coño. Se folló a sí misma con embestidas largas y profundas, llegando a todos los puntos que estaba desesperada por satisfacer. De pie, el consolador sobre una mesa, Marilyn se puso encima y se dejó llevar, golpeándose contra el juguete y rebotando como si estuviera montando una polla dura. A medida que se acercaba, sus pezones hinchados se endurecieron, luego arqueó la espalda, se presionó con fuerza contra el juguete y se corrió como loca. ¡Por fin, satisfacción!