Kiana Kumani

Kiana está enfadada. La han engañado dos veces en Internet y está empezando a pensar que nunca va a echar un polvo. Cuando habla con su hermanastro, descubre que él ha tenido el mismo problema, así que los dos deciden ayudarse mutuamente. Ella le deja que le sujete el pelo mientras le chupa y le traga la polla, casi atragantándose. Él le quita las bragas, la tumba de espaldas en la cama y entierra cada centímetro de su gran polla en su coño apretado y afeitado. Kiana está tan cachonda que no tarda mucho en correrse sobre su polla, empapando su eje con sus dulces jugos. Él le da el polvo que ella ansiaba, moviéndola por toda la cama para poder hacerlo desde diferentes ángulos. Cuando está listo para correrse, se retira de su coño rosado, se para sobre ella y descarga sus bolas por todo su bonito rostro y en su boca hambrienta y húmeda.