Esclavitud de la silla de objetivación

Iris, de 25 años, está de vuelta y nos gusta su sufrimiento y su actitud de disculpa ante todo. Comienza su día libre en la bolsa de vacío de látex. Una vez que es succionada hasta que parece una estatua de látex tirada en el suelo. Cada detalle de su cuerpo es visible a través del látex. Cuando el Hitachi golpea su coño nos da una sacudida. Ella gime un poco. Empieza a temblar. Se mueve a su alrededor. Su cuerpo está constantemente temblando y ondulando bajo el látex brillante. A continuación, Iris se encuentra preparándose para un largo paseo en el Caballo de Madera. No va a salir hasta que diga la palabra de seguridad. Después de ponerla en una corbata con una pequeña cuerda alrededor del cuello, la levanto y la coloco en el caballo. Empieza a temblar violentamente. Le puse una mordaza de anillo en el agujero de su cara. Cuando la baba comienza a cubrirle el pecho, empiezo a azotarle las tetas. Grita de dolor...confundida por cómo puede permanecer sentada en el caballo y recibir esta flagelación en el pecho sin caerse de la barandilla. Le azotan las tetas hasta el punto de que ya no puede soportarlo más. Le dolían tanto las tetas que me pidió que le azotara el culo. La baba sale de su boca ya que todo su pecho está mojado y húmedo por la saliva. Me hace saber que le gustaría un cigarrillo. Enciendo dos y se las meto por la nariz y le tapo la boca y le digo que las disfrute. Todavía está temblando. En la siguiente escena, Iris está atada a la silla de objetivación. Después de que ella está asegurada de manos y pies con piernas y brazos y luego amordazada, empiezo a azotarla. Es tan doloroso para ella que temporalmente no puede hablar. Además de los ahora incesantes temblores, está empezando a babear. Estamos dejando marcas ahora. Ella jadea cuando golpea el siguiente golpe. Y luego el siguiente golpe la golpea en el pecho y vuelve a jadear. Le azoto el coño ahora. Se está desesperando mucho. Su cara está creciendo contorsionada con cada golpe y está claramente al filo de un cuchillo de dolor. Está empezando a perderla. Finalmente encontramos a Iris en una suspensión horizontal. Sus brazos están levantados hacia el techo mientras cuelga. Puse el Hitachi justo en su coño y pensé que lo dejaría allí hasta que ella no pudiera soportarlo más. El Hitachi es simplemente demasiado. Es una sobrecarga sensorial para ella. Se revuelve y gimotea. Pero no pudo porque tengo los dedos gordos de los pies atados a la cuerda de la entrepierna y está colgando del techo con un Hitachi golpeado contra su coño.