Gestos dulces 2 - Kenna James

Con una sonrisa tan tentadora, tendrías que ser tallado en piedra para resistirte a ser desviado por Kenna. Descansando junto a la piscina después de haberse liberado de sus cortes que la abrazan, se trata de aliviarse sexualmente. Afina sus pezones erectos, se frota el clítoris y, con los ojos cerrados, flota en una ola de placer... hasta que llega al clímax. Apenas se toma un momento para recuperar el aliento, se levanta a cuatro patas y entra profundamente en la segunda ronda. Repitiendo la rutina en su coño, solo que esta vez de vez en cuando metiendo un dedo dentro de su humedad, no pasa mucho tiempo antes de que jadee y se derrumbe de nuevo, completamente saciada.